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Llega a España la primera retrospectiva de Georgia O´keeffe

El arte norteamericano del s. XX está repleto de nombres tan influyentes como los de Mark Rothko, Andy Warhol o Jackson Pollock. Pero en este artículo queremos detenernos en el nombre de Georgia O´keeffe. En él te explicaremos, por si aún no lo sabes, quién era esta artista, dónde y hasta cuándo podrás ver su exposición, y qué es lo que tiene parte de su obra en común con el mundo de las joyas.

Un pequeño recorrido a la vida y estilo de Georgia O´keeffe, una artista de vanguardia

Si por algo ha pasado a la historia el trabajo de Georgia O´keeffe es por sus floreados lienzos y por los paisajes del estado de Nuevo México que tanto la fascinaban y que tantas y tantas veces plasmó en sus dibujos. Gracias a muchas de estas obras, 35 años después de su muerte, se sigue teniendo presente su nombre en el olimpo de los artistas elegidos.

Y lo cierto es que lo suyo le vino por vocación. Porque ya a los 10 años decidió que quería ser artista, así que pocos años después se matriculó en la escuela de arte de Chicago. Pero no fue hasta que se trasladó a Nueva York cuando empezó a profundizar en serio en el mundo de la pintura. En su etapa de Nueva York O’keeffe se dedicó a asentar las bases de un estilo propio que aún tardaría algún tiempo más en explotar.

O mejor dicho, en florecer.

Años después empezó a trabajar como profesora de arte y conoció a Stieglitz, un galerista con el que trabajó codo con codo en varias exposiciones. Pero del que también se enamoró y hasta incluso se casó con él. Stieglitz la introdujo en ciertos círculos artísticos que frecuentaban muchos de los artistas más importantes del momento. Aquellos años fueron definitivos para que brotase su estilo propio.

Porque fue poco después cuando comenzaron a verse los primeros detalles de un estilo tan propio como original. Estilo que parte de la crítica especializada del momento se atrevió a bautizar como la expresión del nuevo arte indígena americano y del que llamaba de manera poderosa la atención el uso de los colores. De hecho, para ella, el uso del color era su principal arma artística.

En 1929 visitó por primera Nuevo México. Y sus paisajes y su característica mezcla de culturas la dejaron tan atónita que desde aquel momento no pudo dejar de dibujar cualquier rincón del estado. Muchas de estas punturas la harían ser recordada para siempre. Pero además también la hicieron situarse como una autoridad en la historia de la pintura moderna.

Tan solo la ceguera que contrajo años antes de morir pudo frenarla en sus deseos e impulsos artísticos.

La retrospectiva de Georgia O´keeffe, en el Museo Thyssen

Si te ha llamado la atención este breve recorrido a la vida de Georgia O’keeffe y sientes curiosidad por su obra, estás de enhorabuena. Porque tal y como te contábamos, el Museo Thyssen de Madrid organiza una exposición que supone un recorrido a la vida artística de Georgia, por lo que no faltarán muchas de sus obras más importantes.

La exposición, que se organiza en colaboración del Georgia O’Keeffe Museum de Santa Fe, Nuevo México, estará hasta el día 8 de agosto.

En ellas podrás ver las pinturas de Nueva York y Nuevo México. Pero sobre todo colores vivos y saturados. Y flores, muchas flores. Gigantes o pequeñas. Campos llenos de flores.

La importancia de la flor en la obre de Georgia O´keeffe

Colores vivos y saturados, formas abstractas, admiración por la cultura indígena y por los paisajes urbanos de Nueva York y los desérticos de Nuevo México. Pero la obra de Georgia O’keefee sobre todo está influenciada por algo tan mundano, pero a la vez tan simbólico como es una flor.

Ella misma se ha encargó de explicar en alguna ocasión su admiración por ellas.

“Una flor es relativamente pequeña. Todo el mundo hace asociaciones con una flor, la idea de flor (…). Sin embargo, en cierto modo, nadie contempla realmente una flor. Es tan pequeña —no tenemos tiempo—, pero para mirar se necesita tiempo, de la misma forma que las amistades requieren tiempo (…). Entonces, me dije, voy a pintar lo que veo, lo que significa la flor para mí. Pero voy a pintarla grande para persuadir a la gente de que se tome el tiempo necesario para contemplarla. Conseguirá incluso que lo hagan los atareados neoyorquinos.”

La importancia de las flores en cualquier tipo de joya

La flor, algo que está tan presente en la obra de Georgia O’Keefee, es también uno de los elementos más clásicos en los que se sustenta el diseño artístico de muchas joyas.

Partimos de la base de que una flor es algo bello y puro. Forma parte la naturaleza y brota de la tierra como por arte de magia (con la ayuda del Sol y del agua). Pero los humanos las hemos cargado de significado.

Al igual que Georgia le dio el suyo propio en cada obra, cada persona que compra una joya, sea del tipo que sea, con un motivo floral, le da el suyo. Los más habituales son el amor, el agradecimiento y la alegría. Por eso, una tendencia que siempre está de moda es la de encontrar rosas, margaritas, claveles, orquídeas o flores del tipo que sea en pendientes, colgantes, anillos y collares.

Y es como Georgia O’Keefee pensaba, no hay nada más simbólico en este mundo que una flor. Tanto que puede hacer detenerse hasta a un ajetreado neoyorquino.

Llega a España la primera retrospectiva de Georgia O´keeffe